Nuestro viaje por Alemania en el que visitaríamos Berlín y parte de los estados de Sajonia y Baviera nos estaba descubriendo un país con una historia y unos paisajes fascinantes. Dejábamos atrás Berlín, su cosmopolita capital y todavía nos quedaba por conocer la Alemania más tradicional.
Cómo viajar a Dresde desde Berlín y qué visitar.
Día 1
Dejábamos Berlín con destino
Dresde, la capital de Sajonia. Para ello cogimos un tren que salía de
Berlín Hof y en poco más de dos horas
llegaríamos a Dresde.
El billete de tren, comprado en
la web www.bahn.com nos costó 65€ para 4 personas y teníamos los asientos
reservados. Pero cuando llegamos estaban ocupados. Después de preguntar, nos
enteramos de que por un accidente, habían retrasado otros trenes y que cada uno
se sentaba dónde podía. Por suerte encontramos cuatro asientos juntos y nos
dejamos llevar apaciblemente hasta el estado de Sajonia.
Desde la Dresden Hof. sólo
teníamos que caminar 1 km por una avenida para llegar al IBIS BUDGET
(Wilsdrufes str 25). Un alojamiento básico pero muy confortable, en pleno
centro de la ciudad, con buenas vistas y al lado de una galería comercial. Por
58€ la habitación doble, es un alojamiento bastante recomendable.
Día 2
A la mañana siguiente, muy cerca del hotel, en la plaza
de Altmark hay un McDonalds donde tomamos el desayuno antes de comenzar la
visita a la ciudad.
Nos dirigimos hacia Neumark y
enseguida nos dimos cuenta de lo bonita que es esta ciudad. No en vano, ha sido
declarada Patrimonio de la Humanidad, así que podéis haceros una idea de la
belleza abrumadora de Dresde, con preciosos edificios llenando de una maravillosa
sinfonía las calles.
La plaza de Neumark, que ha sido
reconstruida poco a poco recreando los edificios históricos, es un amplio
espacio que alberga la Fauenkirche, destruida durante la guerra en 1945 y
consagrada de nuevo en 2005. Sus tonos pastel hacen de su interior un lugar
alegre y luminoso.
La plaza rebosa vida, en ella se
congregan turistas y locales, abarrotando las tiendas y centros comerciales,
restaurantes y cafés. Allí mismo, dentro del centro comercial, encontramos la
Oficina de Turismo.
No lejos de allí, se alza el
palacio renacentista, conocido como Museo Albertinum, construido inicialmente
como un arsenal y que ahora recoge cuatro museos.
Desde aquí, subimos unas
escaleras para acceder a lo que Goethe denominó “el balcón de Europa”, la
Brühlsche Terrase. En 1814, dejó de ser un jardín privado para abrirse al
público y que todo el mundo pudiera contemplar las preciosas vistas de todo el
Neudstadt.
Un poco más adelante, se alza la
Catedral, Hofkirche, la iglesia más importante de la ciudad y que se construyó
para ser el templo católico de la corte.
Cuando entramos, una música
sobrecogedora nos rodeó, el sonido del órgano que alguien tocaba, aprovechando la
mañana para el ensayo de este instrumento.
Un corto paseo, nos llevó a los
pies de un majestuoso mural de 102 metros, en la pared del Palacio de Justicia
en la Schlossplatz.
Llegados a este punto, decidimos
cruzar el río por el Augustusbrüke y al volver la vista atrás quedamos
absolutamente asombrados por la imagen del Neustadt que se nos mostró.
Al otro lado del Elba, justo en
sus orillas, reposan el palacete barroco Blockhaus y el Japanisches Palais.
Pasando Albertplazt hay una
callejuela con muchos restaurantes y nos comimos el mayor kebab de la historia
por pocos euros.
Volviendo a cruzar el Elba fuimos
a ver otra maravilla que Dresde acoge: el Zwinger, obra maestra del barroco,
encargo del príncipe elector Federico Augusto I el Fuerte. Su patio
rectangular, está decorado en el centro por fuentes. La armonía del conjunto y
su potente belleza barroca nos deja boquiabiertos.
Ahora alberga colecciones, salas
de conciertos y algunos de sus pabellones todavía conservan su función
original. Deleitarse del lugar, de sus fuentes, sus jardines, sus esculturas…
hicieron que la tarde se nos pasara volando y que volvimos a descansar al hotel
maravillados por la belleza de esta ciudad sajona.
Barroco en su máxima expresión |
El día, lo terminaríamos tomando
unas cervezas cerca de Frauenkirche, esperando a la noche para contemplar la
magia de las sombras. La monumentalidad se intensifica, los edificios barrocos
se vuelven aun más prodigiosos a la luz de la luna.
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Día 3
Para el último día en la zona,
teníamos preparada una excursión a lo que se conoce como la Suiza Sajona.
Se puede llegar en barco, pero
decidimos alquilar un coche, que ya no lo dejaríamos hasta Múnich y nos
acompañaría durante todo nuestro viaje por la Baviera. El alquiler del coche por 5 días nos costó 274€.
Un flamante Opel Astra estaba
preparado para nosotros y pusimos rumbo al Nationalpark Sächsische Schweiz. Conducir por las carreteras alemanas es todo un placer.
La Suiza Sajona se encuentra a 54
km de Dresde, uno 30 minutos en coche. Esta región, ubicada en la parte más
oriental de Sajonia sirve de frontera con la República Checa.
El coche se debe aparcar en
alguno de los parking de pago que hay antes de llegar.
Una vez allí, nos dimos cuenta de
lo acertado de nuestra decisión y buscar un hueco para visitar la zona. Las
impresionantes paredes de arenisca, profundas gargantas, el propio curso del
río Elba, que ha ido erosionando la región, hacen de las vistas una experiencia
sobrecogedora.
Uno de los paseos conduce al
“baluarte” y por 3€ se accede a una serie de pasarelas, escalinatas y miradores
espectaculares sobre el río Elba.
El inicio de estas formaciones se
remonta al cretácico, 100 millones de años de monumentos naturales, tal y como
anuncia la oficina de Turismo de Alemania.
Tomamos una rica cerveza en la taberna Marieneck y nos marcharíamos hacia Dresde muy contentos por el precioso día que habíamos pasado.
Tras este paseo que nos quitó el aliento por lo espectacular de sus escenarios, pusimos rumbo hacia Königstein, una de las fortalezas más impresionantes de la Suiza Sajona. La entrada cuesta 8€.
Se trata de un castillo medieval que sirvió como refugio al tribunal de Sajonia y posteriormente de cárcel de la que era casi imposible escaparse.
El día se había despejado, el sol lucía y disfrutamos mucho con las vistas y las edificaciones que componen el magnífico conjunto.
Hay exposiciones de armas, pozos profundos y el paseo, a pesar del inquietante pasado del recinto, es muy agradable.
Nuestro día de excursión terminaba en Pirna, una ciudad encantadora a orillas del Elba a la que llegábamos cuando se celebraba un concurrido mercado de artesanía y comidas en su plaza central.
En Dresde cenaríamos en una pizzería por la zona de Altmarkt, La Ostería en Kreuzstrasse 1.
Aquí finalizaría nuestra corta incursión a Sajonia, mañana parte del grupo volvería a Zaragoza y nosotros seguiríamos ruta por la Baviera.
Aquí finalizaría nuestra corta incursión a Sajonia, mañana parte del grupo volvería a Zaragoza y nosotros seguiríamos ruta por la Baviera.
Hola Cool!
ResponderEliminarUn post interesante que combina dos de nuestras pasiones, las urbes que encierran historia y la naturaleza que tanto nos apasiona. Parece muy bonita Neumark y no veas el Nationalpark Sächsische Schweiz. Menudos paisajes!
Es curioso eso que comentas del problema en el tren. Si hubiese pasado aquí hubiésemos dicho... eso en Europa no pasa. ¡Y mira por dónde!
Un abrazo.
Hola Antonio,
EliminarLa diferencia es que allí estaba todo el mundo tan tranquilo, nadie protestaba, buscaba un asiento y ya está, muy civilizados.
Recomendamos la visita al Parque Nacional, precioso
Que paisajes mas bonitos!!! Y los pueblos tienen un aire a cuento ;)
ResponderEliminarDesde que salimos de Berlín y recorrimos Sajonia y Baviera fue como estar todo el día dentro de un cuento.
EliminarUna maravilla la verdad.
Maravilloso Dresde, yo estuve hace un porrón de años cuando la alemania era comunista y era todo mucho más "gris". Tengo que volver. El parque natural me ha cautivado, (tomada nota)
ResponderEliminarUn saludo
Carmen
Cuando fui a Alemania por última vez acababa de caer el muro, desde entonces ha cambiado tanto que no la conocerías.
EliminarMe ha pasado con Berlín. Dresde no la había visitado, pero la restauración de la ciudad ha sido impresionante.
Un abrazo,
Wow!, fascinante, ... pasé un año en Alemania por trabajo pero ... bueno, la verdad no me moví mucho, y no puse tampoco mucho interés pero ésta zona junto a la de baviera son sin duda lo mejor y más bonito de Alemania!.
ResponderEliminarSaludosl.
La verdad es que Alemania es mi debilidad, Sajonia, Baviera, pero también el sur con la Selva Negra... a mi me gusta todo el país.
EliminarSeguro que si vuelves verás Alemania con otros ojos y te encantará.
Un abrazo,
Preciosa ruta, Alemania nos encanta pero no conocíamos la Suiza Sajona.
ResponderEliminarNo lo apuntamos para el futuro.
Un abrazo
http://www.siemprejuntosporelmundo.com
Hola chicos,
Eliminares un parque poco conocido, de hecho, vimos pocos extranjeros, era mucho turismo nacional. La gente visita Dresde y pasa de largo y realmente merece la pena. Incluso dedicar algo más de tiempo a la zona.
Un abrazo,
Qué bonita esta zona de Sajonia!! Lástima no haber tenido más tiempo cuando estuve en Alemania para recorrerla. Pero también es verdad que desconocía la existencia de la llamada Suiza Sajona.
ResponderEliminarSaludos
No es una de las zonas más turísticas de Alemania, pero no por ello no merece una visita. Ya tenéis una razoón para volver a visitar Sajonia.
EliminarUn abrazo,
Hola Cool! no conozco esa zona de Alemania, realmente conozco poco, pero fue para mí todo un descubrimiento. Las fotos preciosas y la pasarela esa al aire me da yuyu, aunque deben ser espectaculares las vistas. Felicidades, te ha quedado una entrada genial.
ResponderEliminarPara nosotros también fue un descubrimiento Sajonia y nos gustaría haber profundizado más.
EliminarGracias por tus palabras.
Besos,
Impresionantes esos miradores sobre el río. Alemania está entre nuestros destinos viajeros a corto plazo y esta entrada la guardaremos en favoritos porque está genial.
ResponderEliminarGuardad unos días para Sajonia, se suele pasar de largo y es precioso. Baviera también es una maravilla.
EliminarEspero que podáis ir pronto por allí, ya sabes donde estamos para cualquier cosilla.
Besos
Hace mucho tiempo estuvimos en Berlín e hicimos una escapada de dos días a Dresde. Fue, sin duda alguna, un gran acierto. Es curiso ver el interior de los monumentos reconstruidos como la Frauenkirche y ver que han improvisado el marmol pintándolo.
ResponderEliminarUna de las cosas que más nos impresionó fue la Grünes Gewölbe (camara del tesoro). Tenía una piezas impresionantes. Nunca habíamos visto nada igual.
La zona de la Suiza Sajona no la hemos visto, pero parece espectacular. Menuda pasada las pasarelas.
Un abrazo
Desde luego, Dresde es una auténtica joya, merece muchísimo la pena conocerla. De paso decidimos ver la Suiza Sajona y es un parque alucinante.
EliminarGracias por pasarte y comentar.
Un abrazo,
Oh, Dresden! Me encanta! Estuve en diciembre y realmente me enamoró, la vista de la ciudad desde el lado opuesto del Elba, el Zwinger (soy fan del barroco :P), las plazas... Incluso pude visitar el mercado navideño, una preciosidad! He oído hablar de la Sächsische Schweiz, parece una pasada, me queda pendiente.
ResponderEliminarGenial el blog, voy a mirar la ruta por mi querida Baviera.
http://recorramoseuropa.blogspot.de/
Es una ciudad preciosa e imagino que con el mercado navideño el encanto sería mayor.
EliminarGracias por pasarte a comentar.
Un abrazo,
Las fotos del baluarte me hacen creer que no es Alemania sino algun lado más exótico. Todo de la entrada me encanta menos aquello de comer en el McDonalds. Muchos Saludos desde México.
ResponderEliminarSólo tomamos el desayuno, hace muchos años que no comemos en un McDonalds ;-)
EliminarMe alegra que te guste la entrada y te recomiendo visitar la zona, es más que espectacular.
Saludos,
Por cierto, Mariana, precioso país el tuyo, conocemos muy poco y esperamos disfrutar más de él.
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