Qué ver en dos días en Toronto. Consejos de viaje
Nada más poner un pie en Toronto te das cuenta de que es una ciudad multicultural.Es la quinta ciudad más grande de norteamérica y a pesar de eso sorprende que su ritmo no es tan frenético como cabría esperar.
Sus habitantes son amables y hacen que nunca te sientas un forastero allí.
Toronto, además, ofrece una gran variedad de actividades culturales. Famosos son su festival de jazz, de cine y muchas son las salas de conciertos donde escuchar música mientras tomas una copa.
Otra curiosidad que llama la atención son sus centros comerciales subterráneos. La dureza de su clima en invierno ha llevado a crear una ciudad bajo tierra. Se trata de una red de galerías comerciales con cines, restaurantes y miles de tiendas. Sus entradas están señalizadas con el logo PATH.
Nuestro viaje comenzaba en Toronto.
Aterrizamos en un vuelo desde Barcelona vía Londres.
Para llegar del aeropuerto al centro de Toronto tomamos el Union Pearson Express (UPExpress), que hace algunas paradas en el centro de la ciudad y en unos 20 minutos nos dejó en Union Station. Desde aquí, el metro nos llevó a Dundas que es donde estaba nuestro hotel, el Bond Place.
Qué ver en Toronto
La visita imprescindible de la ciudad es su CN Tower, cuya entrada sale algo más barata comprándola anticipadamente desde su página web y también está incluída en la CityPass de Toronto. Hay varias opciones y una que recomendamos aunque no pudimos hacerla porque el día que teníamos reservado estaba nublado, es cenar o comer en su restaurante panorámico. Podrás disfrutar de una vista de 360º, ya que su salón es giratorio, y de una cena especial a 350 metros de altura y al terminar permiten acceder al mirador sin hacer fila.En todo caso es una atracción que no hay que perderse por sus impresionantes vistas desde las alturas. Dicen que en los días más claros puedes ver Estados Unidos.
Vistas desde CN Tower |
Casa Loma es otra de las estrellas a visitar en Toronto. Para llegar hay que tomar el metro y bajar en Dupont.
Esta mansión construida por el excentrico millonario Henry Pellant en estilo neogótico, es una visita que no te esperas en la moderna Toronto ya que te traslada directamente a una residencia europea.
Del interior, destaca su biblioteca y su acogedor invernadero. Llaman la atención sus baños perfectamente equipados para la época y la decoración de algunas de sus habitaciones.
Además ha sido escenario de muchísimas series y películas y en su planta inferior se muestran los carteles y las escenas rodadas aquí.
También se puede acceder con la CityPass. El precio de su entrada es bastante elevado, pero es una visita muy interesante que incluye una audioguía.
Queen Street West es una de las calles principales donde se reunen los jóvenes de Toronto. Aquí las naves industriales han dado paso a galerías y talleres de artistas y al sur de la calle nos encontramos con Rush Lane, conocido como Graffiti Alley. A pesar de que está sin asfaltar y las lluvias nos habían dejado muchos charcos, levantar la cabeza es la manera de disfrutar de las obras de arte que decoran este curioso callejón multicolor.
Kensington Market es un mercado al aire libre que se mezcla con Chinatown. Sus tiendas, restaurantes y el arte que encontramos en sus rincones hacen de esta zona una de las más agradables y concurridas de Toronto. Algunas de las casas y jardines de sus vecinos están decoradas para no desmerecer la estética del barrio.
El Mercado de St. Lawrence es un encantador edificio de ladrillo con queserías, pastelerías, charcuterías. Cierra los domingos y lunes.
Las Islas es otra visita que no hay que perderse.
Para llegar a ellas hay que tomar el ferry en el embarcadero de Bay Street. En las taquillas para comprar los billetes podremos elegir tres puertos de llegada, que corresponden a cada una de las islas.
Nosotros compramos la travesía hasta Center Island y al zarpar mirábamos cómo nos alejábamos del Downtown de la ciudad. En unos diez minutos atracábamos en la isla.
Las mejores vistas de Toronto están sin duda aquí, aunque también merece la pena ir porque es un lugar encantador con puentes, praderas y vegetación.
Una de mis zonas favoritas es The Distillery. Se trata de una antigua destilería de whisky compuesta por varios edificios de ladrillo rojo y que ha sido restaurada con esmero para alojar coquetas tiendas de artesanía, galerías de arte, cafés y restaurantes de moda. Es un buen lugar donde tomar una cerveza artesana o sidra en una de sus breweries. Parece ser que los lunes está casi todo cerrado, así que mejor reservar la visita para otro día de la semana.
En Nathan Phillips Square se alza el New City Hall, un edificio futurista formado por dos torres y una especie de platillo posado entre ellas. Al pie del ayuntamiento, la plaza es un espacio abierto con una fuente y las fotogénicas letras de TORONTO donde todos los visitantes nos tomamos una o más fotos.
Justo al lado, el Old City Hall llama la atención por ser un imponente edificio neogótico, eregido por el mismo arquitecto que ideó Casa Loma y rodeado por edificios modernos. Es recomendable pararse y contemplar los detalles que se incluyeron en la fachada e intentar ver las caras de las gárgolas en lo alto haciendo muecas o sacando la lengua.
Cómo llegar de Toronto a Niagara
Nuestro siguiente destino fue Niagara, adonde fuimos en autobús desde Toronto.Para ello reservamos billete con Megabus porque nos salía algo más barato que con Grey Hound que es otra compañía que realiza el viaje. El trayecto dura alrededor de un par de horas aunque con el tráfico de Toronto nos retrasamos unos 25 minutos.
La estación de autobuses de Niagara está algo alejada de la zona de
hoteles, así que como íbamos muy cargados con las maletas tomamos uno de los
taxis que esperaban en la calle aunque el precio que pidieron era bastante
elevado. Fueron 20$CA que se convirtieron en 15$CA al llegar al alojamiento.
Nuestro hotel no podía estar más céntrico, y en cuanto
dejamos las maletas nos dispusimos a sorprendernos con las Cataratas del
Niagara, la maravilla natural que estábamos deseando conocer.
El pueblo es un esperpento. Repleto de hoteles, casinos,
atracciones y restaurantes el conjunto es horroroso.
Nuestro hotel Travelodge en mitad de todo |
Afortunadamente, las cataratas estaban ahí para salvar la primera
impresión que los turistas nos llevamos.
Es un espectáculo atronador, de hecho por allí pasa el 20%
del agua dulce del planeta. En realidad, todas las cifras que fuimos conociendo
durante nuestra visita esos días eran abrumadoras y teníamos que leer dos veces
para asegurarnos de que no estábamos equivocados.
Desde el lado canadiense, donde nosotros habíamos decidido
pasar la noche, se consiguen las mejores vistas. Puedes colocarte justo encima
del Horseshoe y ser consciente de la cantidad de agua que cae y de su
velocidad.
Qué ver en Niágara Falls
Casi todos los turistas llegamos allí con la intención de
llegar al Table Rock y colocarnos sobre la catarata, esa imagen que la película
Superman convirtió en un icono para muchos niños de varias generaciones. Aquí el sonido, el agua salpicando y la vista de la caida es increible.
El Table Rock está justo sobre las Horsehoe Falls |
Pero
hay mucho más.
Vuelos en helicóptero, un paseo por detrás de la catarata
principal, un viaje en barco que te acerca al límite de la caída, subir a
alguna torre para ver las vistas. Todo depende de la época que elijamos para
visitar Niagara Falls ya que hay atracciones cerradas durante la temporada de
invierno y gran parte de la primavera.
Nuestra visita
Por las fechas elegidas no pudimos hacer el recorrido en el
Maid of the Mist el emblemático barco que surca el río a contracorriente, ya
que grandes bloques de hielo se deslizaban por el río. Así que nos contentamos
con otras actividades.
En el centro de visitantes del Table Rock compramos las entradas para el Jouney Behind de Falls. Aquí puedes pasar a una terraza justo al pie de la enorme catarata y te facilitan un chubasquero desechable porque acabas empapado, aunque nosotros tuvimos que conformarnos con asomarnos al mirador porque caían enormes trozos de roca sobre la terraza.
El resto es algo decepcionante, ya que lo único que se puede hacer es atravesar un pasillo de hormigón y asomarse a dos puertas que están justo detrás de la caída de agua. Lo más interesante son los paneles informativos donde se explican los avances técnicos utilizados para contener la erosión, los exorbitados números, la historia, anécdotas y un montón de cosas apasionantes sobre las cataratas del Niagara.
Fue allí donde supimos que la erosión había hecho que la caída de agua haya retrocedido 10 km. desde su ubicación inicial y gracias a la ingeniería se haya ralentizado.
Por la noche la vista cambia, las cataratas se iluminan y aparece un arco iris sobre el agua. Los juegos de luz parecen un sueño y esa imagen nos acompañó hasta la cama.
Por la noche el espectáculo sigue |
Al día siguiente ascendimos al mirador de la Torre
Skylon. El ascensor acristalado permite contemplar las cataratas durante la
vertiginosa subida.
Si el helicóptero queda fuera de nuestro presupuesto esta torre es otra opción |
Desde la torre las vistas merecen mucho la pena, pues se ve
completamente la herradura que forma el Horseshoe y los pueblos de Niagara
tanto del lado canadiense como del estadounidense.
Había llegado la hora de dejar Canadá y lo íbamos a hacer
cruzando el Rainbownbridge para llegar caminando a los Estados Unidos
de América. Nunca nos imaginamos cruzar así a este país, a pie y tal y como os
explicamos en nuestros Consejos de Viaje, fue bastante más fácil de lo
esperado.
Eso sí, para salir de Canadá hay que cruzar por unos tornos
y pagar 1 $CA, así que no olvidéis guardar un par de dólares para poder dejar
el país. Si no los lleváis podéis pagar en dólares estadounidenses. Allí mismo
hay máquinas de cambio porque los tornos solo aceptan monedas.
Nos encontrábamos ya en otro país, con nuestro equipaje encima y queríamos visitar alguno de los miradores de la zona estadounidense.
En el Niagara USA Official Visitor Center, por $10 te
guardan entre una y cinco maletas y puedes seguir con el turismo, así que hacia
allí nos dirigimos.
Si bien no son tan espectaculares, las vistas desde este lado también son muy bonitas.
Bridaveil Falls y la Catarata Americana nos regalaron
imágenes prodigiosas aunque volvimos a encontrarnos otro mirador cerrado: el
Terrapin Point, que estaba cubierto de nieve.
Finalizamos la visita en la Torre de Observación y como comenzó a llover tuvimos que dar por concluida nuestra visita a las Cataratas del Niagara. Un coche de alquiler nos esperaba a unos kilómetros de allí para hacer una ruta por los Finger Lakes.
Consejos de viaje
Toronto
- Dormir:
Elegimos un céntrico y moderno hotel al lado de Dundas, el Bond Place Hotel. Nos adjudicaron una habitación no muy grande pero agradable. Al registrarnos nos cargaron una fianza de 150$CA y nos enteramos de que la wi-fi era de pago. No es un alojamiento barato, pero sí que lo recomendamos por ubicación y calidad.
Elegimos un céntrico y moderno hotel al lado de Dundas, el Bond Place Hotel. Nos adjudicaron una habitación no muy grande pero agradable. Al registrarnos nos cargaron una fianza de 150$CA y nos enteramos de que la wi-fi era de pago. No es un alojamiento barato, pero sí que lo recomendamos por ubicación y calidad.
- Transporte:
Como nuestra visita coincidió con el fin de semana para el transporte público compramos un Family Group Pass Day con el que pudimos viajar todo el día los dos. También pueden viajar grupos más grandes, con niños.
Como nuestra visita coincidió con el fin de semana para el transporte público compramos un Family Group Pass Day con el que pudimos viajar todo el día los dos. También pueden viajar grupos más grandes, con niños.
- Comer:
Como siempre, nos gusta comer en lugares famosos o típicos y si hay un restaurante con solera en Toronto ese es el Senator, del que se dice es el más antiguo y en funcionamiento continuo en la misma ubicación.
Sea cierto o no, lo que sí que podemos asegurar es que su desayuno es contundente y delicioso. El café es de los mejores que probamos durante el viaje y su bacon crujiente y muy rico.
Como siempre, nos gusta comer en lugares famosos o típicos y si hay un restaurante con solera en Toronto ese es el Senator, del que se dice es el más antiguo y en funcionamiento continuo en la misma ubicación.
Sea cierto o no, lo que sí que podemos asegurar es que su desayuno es contundente y delicioso. El café es de los mejores que probamos durante el viaje y su bacon crujiente y muy rico.
Para desayunos algo más madrugadores el Fran’s es otra buena
opción, algo más económica y también ofrece grandes cantidades de comida con
muchas calorías.
Una tarde, de camino a nuestro hotel, descubrimos un Uncle Tetsu’s
Shop, con unas tartas de queso que son una delicia. Como tienen tanta demanda,
cada cliente solo puede comprar una y hacer de nuevo la fila si quiere llevarse
una más. Damos fe de que merece la pena probarla.
Niagara
- Dormir:
En Niagara la oferta hotelera es casi infinita y va desde moteles baratos hasta hoteles de lujo con vistas privilegiadas a las cataratas.
En Niagara la oferta hotelera es casi infinita y va desde moteles baratos hasta hoteles de lujo con vistas privilegiadas a las cataratas.
Nosotros elegimos un hotel a cinco minutos de las cataratas
en el centro neurálgico de Niagara Falls, allí donde están localizadas las
extravagantes atracciones familiares.
Por menos de 50€ dormimos en el Travelodge at the Falls.
Esta cadena ofrece habitaciones espaciosas, cómodas y completas. Lo
recomendamos tanto por su ubicación como por la relación calidad-precio. Está
cerca de restaurantes para comidas y desayunos.
Una guía muy completa sobre qué hacer y qué ver con un montón de consejos es esta Mega Guía sobre Cataratas del Niágara que han preparado Mi Baúl de Blogs. Muy recomendable para no perderte nada.
Consejos generales
- La mayoría de las veces, realizamos las reservas a través de la página de centraldereservas.com. Es con la que conseguimos mejores ofertas y nos gusta mucho su atención al cliente.
- Para este viaje hemos llevado la guía de Trotamundos Le Routard de Canadá, con datos bastante actualizados e información compelta.
- Es importante viajar asegurado, sobre todo a norteamérica para que los gastos en asistencia médica, repatriación o anulación no nos arruinen el viaje. Nosotros lo hacemos con Intermundial.
[Extra consejo: ¿quieres conseguir un descuento del 10% en tu seguro con
Intermundial?
Otras notas de viaje:
Ruta y consejos Costa Este |
Diario de viaje Costa Oeste |
Roadtrip por Florida |
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