En esta parte del viaje, nos quedaba todavía mucho por asombrarnos. Se podría decir que éstas eran las zonas imprescindibles de un viaje a Myanmar con el Lago Inle y Bagan como estrellas que brillan en las hojas de nuestro diario de viaje.
Ruta para viajar a Myanmar por libre durante dos semanas
Día 8 Nyaun Shwe
Antes de llegar a la zona, el bus paró y
a todos los extranjeros nos pidieron la tasa de entrada a la Inle Zone válida
para cinco días.
Llegábamos por la mañana al hotel Inle
Cottage Boutique, un encantador jardín rodeado de preciosos bungalós.
Ese día el hotel nos puso en contacto con
un conductor que nos llevaría a Pindaya, a una hora y cuarto de allí.
La visita a la increíble cueva de Shwe Oo
Min Paya es imprescindible, con 8.000 budas abigarrados en su interior en una
especie de laberinto.
A la vuelta paramos en el monasterio Shwe
Yan Pyay construido en madera con motivos tradicionales.
Esa noche visitaríamos la feria que había
esa semana en el pueblo.
Día 9 Lago Inle
Aquel día, el hotel nos gestionó la excursión
por el lago, al mismo precio que en cualquier agencia de las muchas que hay en
la ciudad donde habíamos preguntado.
Fuimos caminando con el barquero hasta el
embarcadero, un poco abrigados ya que la mañana estaba fresca aunque algunas
barcas ofrecen mantas para taparse al principio del día sobre todo.
La primera parada es la zona donde se
practica la pesca tradicional y los pescadores posan en posturas imposibles.
Nadie se acercó a pedirnos dinero.
Aun así, lo más fascinante, si dejamos de lado los que posan para los turistas, es contemplar a aquellos que siguen pescando al modo tradicional como medio de vida.
Aun así, lo más fascinante, si dejamos de lado los que posan para los turistas, es contemplar a aquellos que siguen pescando al modo tradicional como medio de vida.
Después nos llevó hasta In Dein, donde
esa mañana había un colorido mercado. Tras visitarlo accedimos al santuario al
que se llega atravesando un largo pasillo flanqueado por puestos de recuerdos y
suvenires.
Al final está la zona más bonita. Cientos
de estupas con campanitas que se mecían con el viento nos invitaron a
perdernos. La imagen es bellísima.
De nuevo en la barca un corto paseo fluvial
nos llevó hasta la Phaung Daw U Paya. Su imagen se desvirtúa pues está rodeada
de tenderetes y toldos que ocultan su perfil.
En su interior encontramos cinco imágenes de Buda, para nosotros cinco pelotas de pan de oro. Se trata de las imágenes más sagradas del estado Shan a las que las mujeres no pueden acercarse. La devoción hacia las pelotas y los hombres pegando pan de oro y deformando aún más las imágenes que se ocultaban tras esa enorme capa dorada nos parecía desconcertante.
En su interior encontramos cinco imágenes de Buda, para nosotros cinco pelotas de pan de oro. Se trata de las imágenes más sagradas del estado Shan a las que las mujeres no pueden acercarse. La devoción hacia las pelotas y los hombres pegando pan de oro y deformando aún más las imágenes que se ocultaban tras esa enorme capa dorada nos parecía desconcertante.
Pedimos al barquero que nos llevara hasta
el Inle Heritage House. Habíamos leído que es un centro que recupera la cultura
y el patrimonio de la zona. Aquí practican estudiantes de cocina y hostelería,
recuperan la raza de gato burmesa pura y se implican en conservar el método de
pesca tradicional…
Pudimos ver la zona donde están los
gatos y aprendimos algo sobre esta preciosa raza.
Decidimos comer allí mismo algo de cocina
de la zona, es un sitio caro pero se come bien y se nota que el servicio ha recibido clases de
hostelería pues el trato es exquisito.
Tras el descanso para la comida fuimos al
Maingthauk Bridge. Para llegar hasta allí, pasamos por los jardines flotantes, una curiosa
forma de cultivar sobre el agua.
Al lado del puente se alinean pueblos
flotantes y pudimos contemplar la vida cotidiana de sus habitantes.
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Día 10 Kakku
Nuevamente un conductor reservado por el
hotel vino a buscarnos para llevarnos a Kakku, hablaba poco inglés y nos
hicimos algo de lío para indicarle que queríamos parar en algún poblado Pa’o.
Incluso tuvo que llamar a su hermano y le explicamos por teléfono lo que
queríamos hacer.
La primera parada fue en un mercado en
Nanpam, que va rotando semanalmente por los pueblos de la zona.
Las mujeres de esta etnia se distinguen
porque van vestidas de negro y llevan coloridos pañuelos en la cabeza.
Después el conductor nos paró en una
aldea donde fuimos el centro de atención, dimos una vuelta y cuando comenzó a
llover nos íbamos hacia el coche cuando una señora nos paró y nos regaló dos
calabazas secas, las agitó para que viéramos que llevaban algo dentro, le dimos
las gracias y nos fuimos.
Cuando llegamos al coche las pusimos bocabajo y lo que salió nos dejó a todos estupefactos. Cayeron unas cuantas cucarachas rojas que salieron y se echaron a correr. Como no queríamos despreciar el obsequio de la señora, las guardamos en una bolsa de plástico y más adelante nos desharíamos de ellas.
Cuando llegamos al coche las pusimos bocabajo y lo que salió nos dejó a todos estupefactos. Cayeron unas cuantas cucarachas rojas que salieron y se echaron a correr. Como no queríamos despreciar el obsequio de la señora, las guardamos en una bolsa de plástico y más adelante nos desharíamos de ellas.
Hace algún tiempo, para visitar Kakku había que contratar un guía en el pueblo, pero ya no hace falta. Ahora basta con pagar la entrada, aunque no encontramos a nadie en las taquillas y accedimos al interior del santuario.
El bosque de estupas nos dejó con la boca
abierta, nuevamente el silencio del lugar solo era roto por las campanillas que
coronan lo alto de los estilizados templetes.
La delicada decoración nos enamoró.
La delicada decoración nos enamoró.
Esa noche acudimos a un sencillo pero
entretenido espectáculo de marionetas que ofrece una familia en el teatrillo
Aung, sin muchas pretensiones es un modo de pasar la velada.
Día 11 Mandalay
Como teníamos que volar desde Heho hasta Mandalay,
reservamos un coche desde el hotel para el trayecto al aeropuerto. Se llega en
unos 45 minutos.
Para las visitas en Mandalay compramos un billete combinado que da acceso a varios lugares de interés, sirve para cinco días.
El primero es el Shwe Nandaw Kyaung, un
edificio de piedra y madera de teca que fue residencia privada del rey Mindon.
Justo al lado está el Atumashi Kyaung Dawgyi, pero decidimos no entrar porque estaba en restauración y prácticamente vacío.
Justo al lado está el Atumashi Kyaung Dawgyi, pero decidimos no entrar porque estaba en restauración y prácticamente vacío.
Sin embargo la Kutodai Paya estaba muy
animada. Alberga el mayor libro del mundo o lo que es lo mismo 729 losas con
inscripciones grabadas del Tipitaka o código budista. Las estupas encaladas que
contienen las losas forman un conjunto deliciosamente organizado en líneas sin
fin.
No muy lejos de allí se puede visitar el
Sandar Mu Ni Pagoda, pero tampoco entramos aquella tarde.
La última visita del día sería el
Kyauktawgyi Paya para ver el enorme buda tallado en un solo bloque que acoge en
su interior.
Casi sin darnos cuenta llegábamos a los
pies del Mandalay Hill. Aquí negociamos con un conductor para que nos subiera y
luego nos llevara de regreso al hotel. La subida se puede hacer a pie pero sus
1.729 escalones no eran factibles para dos de los miembros de nuestro grupo que habían viajado con lesiones y algún hueso roto.
La mayoría de los turistas nos acercamos
aquí al atardecer para ver la puesta de sol desde lo alto, tampoco es la mejor
que hemos visto pero el lugar es agradable, aunque no esperéis estar solos.
Para cenar, recomendamos el Mogok Daw
Shan que ofrece enormes platos de dumplings y ricos noodles.
Dia 12 Antiguas capitales Mandalay
Antes de emprender el viaje a Myanmar, había
contactado por mail con Mr. Linn, un conductor bastante recomendado por otros
viajeros. Él no estaba disponible pero nos envió a un amable compañero.
La primera visita fue Sagaing, para la
que hay que comprar una entrada combinada con Mingun.
Iniciamos el ascenso y visitamos U Min
Thonze, una pagoda que acoge 45 estatuas de Buda perfectamente alineadas y que
tiene varias terrazas para recorrer.
Después fuimos a la Pagoda U Ponya desde
donde se obtiene una panorámica magnífica y donde fuimos conscientes de
la cantidad de pagodas que se levantan en Sagaing.
Hicimos una parada en Sitagu Internacional Buddhist Academy, lugar donde se cursan estudios budistas y su bella pagoda en forma de estupa que aloja una muestra de budas y pagodas con fotos de distintos lugares del mundo.
A las 10:30 aproximadamente llegábamos al monasterio de monjas Thakyudithar Nunnery. Cuando entramos estaban rezando y poco a poco se alineaban en filas y recibían su plato de comida diaria, tras lo cual accedían al comedor y comenzaron un largo rezo antes de ponerse a comer.
Pusimos camino a Mingun, que aunque no
fue capital sí que tiene unas visitas muy interesantes.
El edificio más llamativo es el
fotogénico Hsinbyome Paya, con 7 blancas terrazas que hay que ascender para
llegar a lo alto y contemplar las vistas.
La Molmi Paya cobija una de las campanas
más grandes del mundo (la primera o la segunda según dónde leas la información)
que pesa unas 90 toneladas.
Un poco más adelante se alza la colosal
pero inacabada pagoda de Mingun, que habría sido impresionante si un terremoto
acaecido en 1838 no hubiera puesto fin a su construcción.
Frente a ella están los Chinthes, mitad dragón mitad león de los que poco queda.
Frente a ella están los Chinthes, mitad dragón mitad león de los que poco queda.
En coche fuimos al embarcadero que nos
llevaría a Inwa o Ava.
Cuando cruzamos el río, vimos muchos coches de escuálidos caballos que se ofrecían para hacer las visitas. Optamos por hacerlo caminando, aunque no pudiéramos verlo todo ya que preferimos practicar el turismo responsable con animales. También es posible alquilar bicis pero no vimos en ese momento nadie que nos las facilitaran.
Cuando cruzamos el río, vimos muchos coches de escuálidos caballos que se ofrecían para hacer las visitas. Optamos por hacerlo caminando, aunque no pudiéramos verlo todo ya que preferimos practicar el turismo responsable con animales. También es posible alquilar bicis pero no vimos en ese momento nadie que nos las facilitaran.
De la antigua capital poco queda en pie. Caminamos
hasta Mae Un Oak Kyaung, un exquisito monasterio, vimos algunos tramos de
muralla y llegamos hasta la torre del Reloj que es la única parte del palacio
que ha sobrevivido.
Llegamos hasta el Daw Gyan Pagoda, que es un sugerente complejo de estupas semi abandonadas.
El camino era precioso y tranquilo, eso sí, terminamos llenos de polvo, esa noche el agua de la ducha saldría marrón.
De vuelta al embarcadero, la barca nos llevó hasta el otro lado del río donde
nos esperaba el conductor.
Llegamos hasta el Daw Gyan Pagoda, que es un sugerente complejo de estupas semi abandonadas.
El camino era precioso y tranquilo, eso sí, terminamos llenos de polvo, esa noche el agua de la ducha saldría marrón.
La última parada del día fue el puente de
teca U Bein que cruza el lago Taungthaman.
El atardecer y el contraluz que ofrece es bellísimo, aunque una vez mas no esperéis estar solos, pues cientos de turistas como nosotros, se congregan aquí cada tarde con la misma idea, inmortalizar la mejor fotografía.
El atardecer y el contraluz que ofrece es bellísimo, aunque una vez mas no esperéis estar solos, pues cientos de turistas como nosotros, se congregan aquí cada tarde con la misma idea, inmortalizar la mejor fotografía.
Día 13 Mandalay y viaje a Bagan
Comenzábamos el día acercándonos con Grab
a la preciosa Mahamuni Paya. Es su interior reposa un enorme y muy venerado
Buda, al que nuevamente, solo pueden acercarse los hombres. Igual que en lago
Inle, esta imagen, tiene tanto pan de oro
que el cuerpo está abotargado y solo el rostro se conserva intacto.
Después fuimos al Palacio, al que se
entra por la puerta este. Hay que registrarse y dejar el pasaporte. A pesar de
que las murallas es el único vestigio que queda del original la reconstrucción
es muy agradable y estéticamente es un recinto muy bonito.
De vuelta al hotel Mr. Linn nos había
enviado otro conductor para ir hasta Bagan.
Es por la tarde cuando llegamos al hotel
Kadain Aung con bonitos jardines y una piscina para relajarse.
Para cenar elegimos el cercano Delicious
al que volveríamos en más ocasiones pues nos encantó la comida, el trato y el
precio.
Día 14 y 15 Bagan
Todas las notas sobre qué hacer en Bagan en tres días están en nuestro diario de viaje.
Alquilamos en el hotel unos scooter eléctricos para recorrer toda la zona arqueológica.
Día 16 Bagan y vuelo a Yangon
Terminamos las visitas en la planicie de
Bagan y desde el hotel nos gestionaron un transporte al aeropuerto para tomar
el avión que nos llevaría de regreso a Yangon y pondría fin a nuestro viaje.
Son unos 20 minutos en coche y en esta ocasión el vuelo se retrasó unos 30 minutos, hecho del que nos informaron en el mostrador de facturación.
Son unos 20 minutos en coche y en esta ocasión el vuelo se retrasó unos 30 minutos, hecho del que nos informaron en el mostrador de facturación.
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