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Relato de Viaje: 8 días recorriendo Costa Rica

Es un corto período para recorrer un país, a pesar de ser uno pequeño como es el caso, pero no disponíamos de más días y nos sirvió para adentrarnos un poco en sus selvas exuberantes, sus volcanes y cascadas y recorrer los canales de Tortuguero. Esta es nuestra ruta con consejos sobre qué ver y visitar  en Costa Rica en 8 días.

Itinerario:


-                     Día 1: San José de Costa Rica

-                     Días 2 y 3: Monteverde

-                     Día 4: El Arenal

-                     Días 5 y 6: Tortuguero

-                     Día 7: San José de Costa Rica

-                     Día 8: Volcán Poas

Este pequeño país centroamericano es un paraíso para el ecoturismo y el turismo de aventura. Ofrece al viajero infinidad de actividades, para todos los gustos, solo es cuestión de elegir lo que más te guste y dejarse llevar.
San José, su capital, aunque no es la estrella del viaje, un paseo por la tarde por sus calles del centro y sus parques, y nuestro primer casado para cenar, sirvieron para nuestra primera toma de contacto con los “ticos”; los costarricenses son personas amables, calmadas y simpáticas, “PURA VIDA” es su lema y su modo de vida.

EL CASADO Y EL GALLO PINTO

Los dos platos por excelencia del país.
El Gallo Pinto, arroz con frijoles negros, es el pilar de la comida costarricense. El desayuno es gallo pinto con huevos revueltos.
El Gallo Pinto se convierte en Casado, el plato fuerte de medio día, combinado con pollo, vacuno o cerdo, que es la carne más corriente.
No hay mucha variedad gastronómica pero es agradable.

MONTEVERDE


Dónde dormir en Monteverde: Hotel El Establo.
Precioso hotel con edificios separados y habitaciones enormes y muy bien decoradas. Disponen de todo tipo de complementos y un autobús que te lleva hasta recepción o los distintos edificios del complejo, como la piscina o el restaurante. Buen buffet de desayuno.

Monteverde ofrece muchas actividades, sobre todo, en contacto con la naturaleza. En el Hotel Santa Elena, en el centro mismo del pueblo con el mismo nombre, contratamos varias:
-  Pasarelas y puentes colgantes por el bosque nuboso: Con un guía naturalista nos adentramos en la selva, pero desde un punto de vista diferente: desde las alturas. Cerca de las copas de los árboles, íbamos aprendiendo sobre las exuberantes plantas de la región, sobre su fauna y sobre la vida en este lugar verde en toda su gama. Pudimos ver aves, entre ellas el famoso QUETZAL. Fue un paseo muy didáctico y original, ya que las pasarelas colgantes te ofrecen otra visión.


-  Paseo nocturno por la selva: no apto para quienes tengan fobia a los insectos. Con una linterna cada uno, nos volvimos a meter en la selva, esta vez en la más absoluta oscuridad. Partimos desde el Hotel El Sapo Dorado y comenzamos la caminata. Infinidad de insectos, ranas y sapos, tarántulas, serpientes y hasta un perezoso iban apareciendo a nuestro paso. Me encantaron los colores de algunas serpientes venenosas y la marabunta de hormigas todas transportando sus hojas atravesando el camino. Tuvimos que dar un gran salto para sortearlas.

-  Canopy: una experiencia emocionante que hace liberar grandes dosis de adrenalina. Comienza con un pequeño curso de seguridad y con unas tirolinas pequeñas que van haciéndose cada vez más largas y altas, para terminar en un impresionante cable de casi 1 km de longitud a una altura de 400 metros sobre el suelo. Dese lo alto, se puede ver el Pacífico y el Atlántico tan solo volviendo la cabeza de un lado a otro.
Las vistas son únicas y es uno de los Canopys más largos del mundo. Terminamos con lo que llaman el salto de Tarzán, que es ni más ni menos un salto al vacío enganchados a un cable desde lo alto de una plataforma, y el efecto es el de lanzarte como Tarzán desde las lianas de la selva. Si tienes vértigo, elige otra actividad.

-  Caminata por la Reserva del Sendero Tranquilo: nos recogieron con un 4x4 y nos llevaron hasta el comienzo de este sendero. Se trata de una finca privada que cuenta con una gran cantidad de flora y fauna. Con un guía naturalista de nuevo, caminamos por la selva y avistamos monos aulladores, infinidad de aves e insectos y plantas y árboles de todos los tamaños. Un puma había dejado sus huellas pero no tuvimos “suerte”, aunque es complicado de ver ya que los felinos suelen ser tímidos.
El último día fuimos a la Cooperativa de artesanos de Monteverde Es una cooperativa local de mujeres artesanas que venden todo tipo de artesanía de la zona, justo al lado hay una cooperativa de café, puedes probar y comprar varias especialidades.
Para comer, en el pueblo de Santa Elena el TREEHOUSE, es un curioso lugar con un árbol en su centro para degustar comida local o internacional.

EL ARENAL


Dónde dormir en El Arenal: LOS LAGOS
Cabañas individuales en un resort con aguas termales y piscinas con vistas al gran volcán. Por la mañana nos despertamos con los monos aulladores marcando su territorio, haciendo honor a su nombre y caminando sobre nuestros techos. Los machos alfa son imponentes. Tienen un recinto con varios cocodrilos.

Nuestra primera visión del Volcán Arenal fue montados en una lancha y atravesando la Laguna del mismo nombre. Es impresionante la imagen del humeante cono perfecto con la laguna a sus pies. No podemos imaginar otra forma mejor para una primera impresión.

Después, ya alojados tomamos unos baños termales para relajarnos. Aguas calientes y muy calientes. Son famosas las termas de Tabacón donde también puedes disfrutar de baños y cena.
Por la tarde, se puede hacer una cabalgata hasta la catarata La Fortuna, siempre con la imponente presencia del volcán acompañándonos, que termina con un baño a los pies de la gran caída de agua. El paseo a caballo es muy bonito y finaliza con el descenso a pie hasta la catarata, aunque peor es la empinada subida al regresar. Durante la cabalgata vimos tucanes con sus coloridos picos. Parecen colores sacados de la caprichosa paleta de un pintor.


Por primera vez durante el viaje, la mala suerte se nos presentó. Habíamos hablado con un guía local para ver erupciones de lava del volcán en la oscuridad, pero nos llamó al hotel y nos dijo que debido a la niebla que estaba cayendo si nos subía, no veríamos nada y sería una pérdida de tiempo y de dinero. Con pesar cenamos en la piscina del hotel y nos fuimos a descansar.

TORTUGUERO

Dónde Dormir en Tortuguero: Pachira Lodge.
Cabañas integradas en la selva, el hotel es un poco viejo y tiene sus carencias, sobre todo los baños que son mohosos y oxidados. Aquí tenemos pensión completa y los bufets son correctos. La piscina no está mal. Nos reciben con un delicioso jugo de frutas tropicales.

A Tortugero llegamos después de un largo viaje por carretera y otro largo recorrido en lancha, con nuestras maletas amontonadas al final de la embarcación. En el camino pudimos ver la vida diaria de los lugareños.
Tortuguero, es un pequeño pueblo sin circulación de coches, canales que surcan la selva, la playa donde las tortugas van a desovar (no nos pilló en la época para verlas) …

Es un paraíso de tranquilidad y de “Pura vida”, otro ritmo en todos los sentidos. Cruzamos desde nuestro resort hasta el pueblecito en lancha, dimos un calmado paseo, vimos la escuela, nos tomamos un coco, paseamos por la playa, hicimos algunas compras de recuerdos…

Y después de cenar en el hotel nos relajamos en el bar, a orillas del canal con cerveza y ricos zumos naturales.

Por la mañana madrugamos para ver el despertar de la selva. De nuevo los monos aulladores nos recibieron con sus gritos, monos araña saltando entre las ramas de los árboles, caimanes que pasan a nuestro lado sin inmutarse, aves de todos los colores… como siempre Costa Rica nos sorprendía por su exuberancia en todos los aspectos.


Terminado el paseo matutino nos enfundamos unas botas de agua, ya que había llovido, y nos dispusimos a hacer una caminata por el Cerro Tortuguero, otra vez para encontrarnos con la vegetación y los animales, las ranitas diminutas pero peligrosas por su veneno llaman la atención con sus colores chillones, abundan por todos los sitios allá donde mires, por eso hay que ir con cuidado para no pisar nada. Las arañas de oro, enormes, amarillas y negras, son famosas por su tela de araña, una de las más resistentes que se conocen.


Por la tarde descanso en la piscina y algunos salieron a pescar sin demasiada suerte, pero la experiencia les gustó y lo pasaron bien, lamentablemente no nos trajeron la cena para esa noche.

VOLCÁN POAS

La última mañana que nos quedaba la aprovechamos para ir a ver el Volcán Poas, en una excursión de una mañana desde San José. Se trata de una caldera verde que es difícil de ver porque normalmente la cubren las nubes.
Alquilamos un coche en el hotel y salimos hacia el Parque. En la entrada preguntamos al guarda y nos dijo que probablemente tendríamos suerte ya que estaba despejado. Aparcamos e iniciamos el ascenso hasta la misma caldera. A unos cientos de metros el olor ya se dejaba notar. Pero cuando llegamos ya nada importó. Las vistas que nos encontramos fueron increíbles, a veces se cubría a veces se despejaba, pero fuimos afortunados. El viento es fuerte allí arriba.


Tras una corta caminata se llega a la Laguna Botos, de color jade, es un volcán extinto rodeado de bosques y de fauna.


Después, ya fuera del parque tomamos una estrecha carretera que nos llevó a los pies de otro salto de agua: catarata La Paz.
De bajada a San José paramos a comprar unas fresas que la tierra volcánica de la zona hace exquisitas.
Devolvimos el coche en el hotel y enseguida nos vinieron a buscar para ir al aeropuerto y despedirnos sin más percances de un país increíble.
Ha sido un viaje de aventura y diversión, sobre todo, sin tiempo para aburrirnos, de una exuberancia abrumadora y que nos ha dejado un gran recuerdo y ganas de seguir descubriendo sus parques, sus playas y sus volcanes.
¡COSTA RICA ES PURA VIDA! 

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