Teníamos Madrid algo olvidada. Si bien cada año viajamos varias veces a la capital, lo cierto es que no le dedicábamos tiempo para pasear y visitar sus lugares más emblemáticos. Este año hemos cambiado la tendencia y en dos escapadas hemos visto museos, hemos hecho rutas turísticas y hasta pudimos entrar en la antigua Casa de la Villa.
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Gran Trail del Aneto: una carrera en el Pirineo
Nos vamos de nuevo al Valle de
Benasque, esta vez para participar en una carrera que da la vuelta al Aneto.
Poniendo al límite nuestro cuerpo y nuestra fuerza mental participaremos en una de las carreras más
duras de España y también una de las que cuenta con los paisajes más
espectaculares.
Visita al Casco Histórico de Zaragoza
Zaragoza está despuntando como destino turístico con nombre
propio. Ha dejado de ser ciudad de paso para convertirse en una ciudad visitada
y admirada por muchos viajeros y turistas, que descubren sorprendidos, una
ciudad con muchos alicientes: arte, gastronomía, historia y mucha vida se dan
cita en las calles de la ciudad.
Escapada a Siétamo y Sierra de Guara
Llega el buen tiempo y nos apetece salir a disfrutar de la
naturaleza en compañía de nuestros perros.
En esta ocasión, además, hemos preparado un fin de semana en
el que también los niños que nos acompañaban se han divertido. Excursiones asequibles para
descubrir lugares asombrosos, castillos como los de sus cuentos y miradores donde
los buitres y otras aves nos miraban directamente a los ojos.
Un fin de semana en el que todos, niños, mayores y perros,
hemos disfrutado y seguro que repetiremos esta loca aventura.
Ruta del Vino - Campo de Cariñena
Cada vez evoluciona más la cultura del vino. Las empresas
del sector han desarrollado actividades globales en torno a él: visitas a
bodegas, catas técnicas, rutas por los viñedos, museos vitivinícolas e incluso
hoteles especializados.
Palacio de Allepuz - Hospederías de Aragón
Dormir en un palacio, en un monasterio o en un edificio histórico es posible gracias a la red de Hospederías de Aragón. Instalaciones de calidad dentro de edificios de interés arquitectónico rehabilitados.
RAQUETAS EN LLANOS DEL HOSPITAL - PIRINEO ARAGONÉS
Llega el invierno y nos preparamos para disfrutar de la naturaleza en “modo nieve”. Nos fuimos al Pirineo Aragonés, el mejor destino de nieve de España.
LA TORRE DE LOS ITALIANOS - VISITA CON GOZARTE
Un cementerio en una torre, una torre en Zaragoza que es territorio italiano, una iglesia con símbolos ocultos... GozARTE propone y nosotros los seguimos allí donde vayan.
Escapada por El Maestrazgo
Con un clima y un paisaje propios, el Maestrazgo es una comarca aragonesa con mucha personalidad. Marcada por su historia, por su orografía, este territorio merece gozar de un hueco entre los destinos turísticos más interesantes, con una oferta diversa que engloba actividades culturales y deportivas, un emergente turismo de aventura, cascos urbanos anclados en el medievo y gastronomía para todos los paladares.
Fin de semana en Berga
Berga, la capital del Berguedá, es una ciudad con un casco antiguo que invita a perderse por sus callejuelas y que celebra cada año, la víspera del Corpus, La Patum, fiesta que ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Un día en Albarracín
Un viaje a la Sierra de Albarracín, supone trasladarnos en el tiempo a épocas prehistóricas, al medievo y esplendor del Reino de Aragón, a las luchas y ocupaciones militares, al Reino de Taifas… todo eso en una comarca con una riqueza no solo histórica, sino natural que dejará al viajero fascinado y colmado de experiencias.
La cena de los sentidos...
O casi todos los sentidos, porque hay uno de
ellos que dejamos atrás al principio de la cena, o mejor dicho, del
evento, y no lo recuperamos hasta dos horas después, todavía con el resto de
sentidos a flor de piel y las emociones revolucionadas en nuestro interior por
todo lo que hemos vivido.
El silencio....
Con esta palabra, repetida varias veces, nos da la
bienvenida Javier, el director de orquesta de todo lo que nos va a acontecer en
los próximos minutos, nos lleva hasta su mundo de sensaciones con sus palabras,
nos hace emocionarnos antes de saber lo que nos espera y, tan solo unos minutos
después, perdemos nuestro sentido de la vista, nos olvidamos de él y un tsunami
de experiencias, emociones y sentimientos comienza a arremolinarse dentro y
fuera de nosotros.
La oscuridad....
Dejarse llevar por un desconocido, totalmente a
oscuras, es complicado. Los primeros minutos son difíciles, ya nos lo había
dicho Javier. Oscuridad, soledad, desconcierto, desorientación… sensaciones que
no son agradables, a las que no estamos acostumbrados. Te encuentras solo, en
un lugar desconocido y a oscuras. Pero alguien te susurra: “Tus ojos son tus
manos”… y comienzas a salir del caparazón en el que te has escondido.
Vamos buscando nuestro lugar, vamos escuchando sonidos
que nos ayudan a medir las distancias, vamos haciéndonos a nuestra nueva
situación y poco a poco te relajas, te dejas llevar y te abres a un nuevo
mundo, oscuro, sí, pero mágico.
Es imposible describir lo que vivimos en la CENA DE LOS
SENTIDOS, es difícil que los que allí estuvimos sintiéramos lo mismo, yo no lo
creo. Cada persona vivió su experiencia personal. La mía fue mágica y
maravillosa y me entristece pensar que nunca se volverá a repetir de ese modo.
Los sentidos....
Palabras que huelen cítricas, sonidos que te rozan con dulzura, voces que se sienten como caricias, olores que saben tiernos, sabores
que se acarician… los sentidos se desarrollan y se mezclan entre sí. Hueles lo que oyes, tocas lo que comes… pero no ves nada.
Esta montaña rusa de emociones y sensaciones no te
deja un respiro, ríes y te sobresaltas, bailas, comes, vuelas, escuchas y hueles, tu
cuerpo se ve envuelto en una experiencia sensorial tan brutal, tan colosal, que
se transforma, se estimula, se activa, se despierta y de repente, te das cuenta
de todo lo que te pierdes cada día, de las pequeñas sensaciones y estímulos que
pasan a nuestro lado desapercibidos y que son maravillosos.
Cuando todo termina, no vuelves a ser el mismo que
entró, cohibido, sino una persona liberada, abierta y feliz.
Si eres capaz de dejarte llevar, de confiar en que
lo que allí te va a ocurrir es bueno, si no tienes miedo, si abres tu mente y
tu cuerpo, si dejas atrás tus escrúpulos, tus prejuicios, tus temores, tus aversiones… entonces,
tú también estás preparado para sentir.
NOTAS ACLARATORIAS:
La cena de los sentidos, se organiza a lo largo de toda la geografía española.
En la página web http://casitodoslosentidos.com/la-cena-de-los-sentidos/ tienen publicado el calendario sensorial de eventos y los restaurantes donde se celebran.
Nosotros tuvimos la enorme suerte de asistir a uno de nuestros restaurantes favoritos, El Montal, un entorno perfecto para esta actividad que desde el principio, sólo con cruzar el umbral, hace que te adentres en un mundo sensorial muy especial.
No es solo una cena, es una experiencia global donde hay que abrir la mente y el cuerpo y dejarse llevar a un mundo nuevo.
Cincomarzada en Zaragoza
Una vez
más GozARTE nos sorprende con una visita guiada original y diferente. Esta vez
nos ha invitado a conocer los momentos calientes de la ciudad maña. Calientes
en el sentido más luchador, más combativo de la palabra.
Alta cocina en el Altoaragón
Hacía meses que varios amigos nuestros nos estaban hablando del restaurante El Callizo en Ainsa.
Un restaurante diferente, alta cocina en el altoaragón. Y conociendo nuestra afición por probar cosas nuevas, por uno u otro cauce nos llegaban noticias de este lugar.
La suerte nos sonrió cuando Centraldereservas.com nos invitó a su #ReservingTrip en Ainsa y había preparado una cena especial en este restaurante.
Cuando nos enterábamos de que por fin podríamos disfrutar del menú de El Callizo no podéis imaginar lo ilusionados que estábamos, ¿sería merecida la fama y los comentarios que habíamos escuchado?
El sábado por la noche, bajábamos las escaleras de este elegante restaurante para adentrarnos en un mundo de sabores, olores, sensaciones y mucha magia.
El menú que nos ofrecieron se denomina "TIERRA" y está basado en productos del Sobrarbe fundamentalmente, detalle que me encanta por cierto, pues esta tierra es rica en productos deliciosos.
Los platos son muy elaborados y sobre todo, requieren una larga explicación antes de probarlos: forma de comer, ingredientes, por lo que la cena se alarga bastante. No es un lugar para ir con prisas.
Comenzamos la función con el plato NADA. Un plato y una cuchara. Nada más.
Meterse la cuchara en la boca es una explosión agradable de cítricos, limpia la boca y la prepara para los VERMUTMAN-FLASH, un flash que nos transportó a la infancia mientras ante nosotros aparecía los Paisajes del Sobrarbe.
Un pequeño olivo surgió en el centro de nuestra mesa. En él hay colgadas algunas olivas rellenas con una crema y en un plato depositan unas olivas que explotan en la boca al masticarlas.
Nos acercan unas bolsitas con un arroz inflado en donde sorprendentemente aparece el sabor de la morcilla. La degustación se lleva a cabo metiéndose la bolsita en la boca, que también es comestible.
Y de nuevo otro árbol, un pequeño pino, se nos reveló, esta vez emulando la plaga de la procesionaria, unos gusanitos o capullos más bien, envueltos en algodón colgaban de sus ramas. Al introducirlo en la boca, una crema de queso azul y fresas se esparcía por nuestra boca. No soy objetiva, adoro el queso, así que este fue uno de mis platos preferidos. Original, divertido y sorprendente.
El siguiente plato, nos venía que ni pintado al grupo de bloggers de viajes sentados a la mesa. Un viaje por el mundo con la trucha del Cinca como ingrediente principal. Así que un mapamundi se extendió y tres cucharas con la trucha como base y preparados en ceviche, sushi y con guacamole, emulando platos de Perú, Japón y México respectivamente con un chupito cítrico para terminar la degustación. Me encantan estas tres cocinas (¿recordais Perú y México?) por lo que terminé con las cucharas de los que no querían comer alguna de las modalidades de trucha.
Un plato llamado La Magia de Huesca, El Cielo y la Tierra, tocaba. Era un montadito de queso sobre una teja y sobre la que dejan caer una "magia" que hace el camarero. Una emulsión, un aceite... no se muy bien lo que es pero de su truco, salía humo.
Continuamos con las Patatas a la brasa con mantequilla trufada. La presentación, potente, pero es el plato más flojo con diferencia de todos los que probamos.
Para terminar con los entrantes, y por ser otoño, el plato que se nos ofreció fueron unas Migas de pastor con yema de huevo ecológico y setas pirenaicas confitadas.
Llegaba el momento de los segundos y tocaba elegir, merluza, cordero en dos cocciones, solomillo de ternera o lomo de jabalí. Probé el solomillo con salsa perigordina, raíces y verduras en tempura. Poco hecho como a mi me gusta.
Para los postres también elegimos entre cuatro sugerencias. Helena, que estaba a mi lado se decidió por una tabla de quesos de los Pirineos con miel, garrapiñados y jalea silvestre.
Para mi una torrija de pan de pueblo caramelizada con helado cremoso, semisorbete de frambuesas, gel de frutos rojos y chocolate. Y según masticaba me encontré con que mi boca crujía de forma sorprendente y notaba pequeñas explosiones entre mi lengua y dientes.
El postre más curioso fue el "Cuando rebaño oigo rebaño" y nos pusieron una enorme bola de algodón de azucar (como si fuera una oveja) rellena de dulce de leche, helado de leche de oveja, espuma de yogur de Fonz, nueces y azúcar.
Cuando ya no podíamos más, cuando pensábamos que la función había terminado nos sorprendieron con un nuevo espectáculo.
Un ejército de camareros limpiaron nuestra mesa, la cubrieron con un mantel de papel blanco y armados con siropes, mermeladas, golosinas, chocolatinas y demás condimentos dulces comenzaron a trazar, a dibujar, sería más la palabra, un collage de ilusión. En una coreografía que parecía aleatoria, pero que se apreciaba ensayada, lanzaban, dibujaban, arrojaban cosas a la mesa. Todos nos mirábamos divertido, no sabíamos qué estaban haciendo, no llegábamos a comprender dónde terminaría todo esto.
Trajeron varias "bombas" de chocolate, al finalizar el lienzo las arrojaron fuertemente sobre la mesa y al explotar de su interior salieron colores y sabores.
Como niños nos lanzamos a probar todo, nos metíamos en la boca varias cosas a la vez y comprobábamos el efecto. Divertido, increible, diferente. Así fue como terminó nuestra velada.
En resumen, sabores de la tierra, buena puesta en escena, cantidades suficientes. Algunos platos, tal vez no se entendían muy bien, pero para nosotros fue una experiencia especial y recomendable.
Actualización 2018: este restaurante ha sido recientemente renovado y han cambiado los menús.
Comenzamos la función con el plato NADA. Un plato y una cuchara. Nada más.
Meterse la cuchara en la boca es una explosión agradable de cítricos, limpia la boca y la prepara para los VERMUTMAN-FLASH, un flash que nos transportó a la infancia mientras ante nosotros aparecía los Paisajes del Sobrarbe.
Un pequeño olivo surgió en el centro de nuestra mesa. En él hay colgadas algunas olivas rellenas con una crema y en un plato depositan unas olivas que explotan en la boca al masticarlas.
Nos acercan unas bolsitas con un arroz inflado en donde sorprendentemente aparece el sabor de la morcilla. La degustación se lleva a cabo metiéndose la bolsita en la boca, que también es comestible.
Y de nuevo otro árbol, un pequeño pino, se nos reveló, esta vez emulando la plaga de la procesionaria, unos gusanitos o capullos más bien, envueltos en algodón colgaban de sus ramas. Al introducirlo en la boca, una crema de queso azul y fresas se esparcía por nuestra boca. No soy objetiva, adoro el queso, así que este fue uno de mis platos preferidos. Original, divertido y sorprendente.
El siguiente plato, nos venía que ni pintado al grupo de bloggers de viajes sentados a la mesa. Un viaje por el mundo con la trucha del Cinca como ingrediente principal. Así que un mapamundi se extendió y tres cucharas con la trucha como base y preparados en ceviche, sushi y con guacamole, emulando platos de Perú, Japón y México respectivamente con un chupito cítrico para terminar la degustación. Me encantan estas tres cocinas (¿recordais Perú y México?) por lo que terminé con las cucharas de los que no querían comer alguna de las modalidades de trucha.
Un plato llamado La Magia de Huesca, El Cielo y la Tierra, tocaba. Era un montadito de queso sobre una teja y sobre la que dejan caer una "magia" que hace el camarero. Una emulsión, un aceite... no se muy bien lo que es pero de su truco, salía humo.
Continuamos con las Patatas a la brasa con mantequilla trufada. La presentación, potente, pero es el plato más flojo con diferencia de todos los que probamos.
Para terminar con los entrantes, y por ser otoño, el plato que se nos ofreció fueron unas Migas de pastor con yema de huevo ecológico y setas pirenaicas confitadas.
Llegaba el momento de los segundos y tocaba elegir, merluza, cordero en dos cocciones, solomillo de ternera o lomo de jabalí. Probé el solomillo con salsa perigordina, raíces y verduras en tempura. Poco hecho como a mi me gusta.
Para los postres también elegimos entre cuatro sugerencias. Helena, que estaba a mi lado se decidió por una tabla de quesos de los Pirineos con miel, garrapiñados y jalea silvestre.
Para mi una torrija de pan de pueblo caramelizada con helado cremoso, semisorbete de frambuesas, gel de frutos rojos y chocolate. Y según masticaba me encontré con que mi boca crujía de forma sorprendente y notaba pequeñas explosiones entre mi lengua y dientes.
El postre más curioso fue el "Cuando rebaño oigo rebaño" y nos pusieron una enorme bola de algodón de azucar (como si fuera una oveja) rellena de dulce de leche, helado de leche de oveja, espuma de yogur de Fonz, nueces y azúcar.
Cuando ya no podíamos más, cuando pensábamos que la función había terminado nos sorprendieron con un nuevo espectáculo.
Un ejército de camareros limpiaron nuestra mesa, la cubrieron con un mantel de papel blanco y armados con siropes, mermeladas, golosinas, chocolatinas y demás condimentos dulces comenzaron a trazar, a dibujar, sería más la palabra, un collage de ilusión. En una coreografía que parecía aleatoria, pero que se apreciaba ensayada, lanzaban, dibujaban, arrojaban cosas a la mesa. Todos nos mirábamos divertido, no sabíamos qué estaban haciendo, no llegábamos a comprender dónde terminaría todo esto.
Trajeron varias "bombas" de chocolate, al finalizar el lienzo las arrojaron fuertemente sobre la mesa y al explotar de su interior salieron colores y sabores.
Como niños nos lanzamos a probar todo, nos metíamos en la boca varias cosas a la vez y comprobábamos el efecto. Divertido, increible, diferente. Así fue como terminó nuestra velada.
En resumen, sabores de la tierra, buena puesta en escena, cantidades suficientes. Algunos platos, tal vez no se entendían muy bien, pero para nosotros fue una experiencia especial y recomendable.
Actualización 2018: este restaurante ha sido recientemente renovado y han cambiado los menús.
Photowalk en Zaragoza
Cuando Eduardo Rodríguez, del blog Andaremos me propuso hacer un photowalk en Zaragoza, inmediatamente le dije que sí. Así, sin pensarlo.
Me pareció una forma fantástica de poder tomar fotos de mi ciudad y una gran oportunidad para juntar a gente interesada por la fotografía y por los viajes.
Así que, desde la plataforma del nuevo grupo que hemos formado de Encuentros Viajeros de Zaragoza, y con la ayuda de mis eternos compañeros de Siuler, comenzamos a difundir el evento y ni en nuestros mejores sueños podríamos imaginar la aceptación que esta actividad tuvo.
Grandes fotógrafos de la ciudad, bloggers de viajes y gente de todo tipo y condición conformamos un grupo tan heterogéneo como ilusionado por lo que íbamos a compartir.
Y así, una tarde fría de domingo, a finales de octubre, un grupo de locos, equipados con cámaras, trípodes y objetivos nos dispusimos a disparar las mejores instantáneas de la ciudad.
Estas son las nuestras, lo que ese día Zaragoza nos mostró con el Cierzo como eterno cicerone por las calles de la ciudad maña.
La fachada barroca de la Iglesia de Santa Isabel, conocida entre los
zaragozanos como San Cayetano, fue una de las más fotografiadas de la
tarde. Su portada barroca, profusamente decorada, es exquisita. Esta
iglesia cobra especial protagonismo en Semana Santa pues de ella parte
la procesión del Santo Entierro.
Otro de nuestros tesoros barrocos, la iglesia de San Juan de los Panetes
y su singular torre inclinada, fue víctima silenciosa de nuestros
disparos, desde todos los ángulos posibles, incluso su reflejo llamó
nuestra atención.
Y así llegábamos a la Plaza de las Catedrales, presidida por la Basílica de Nuestra Señora del Pilar y al fondo, una de las más bellas catedrales que he visto y que tengo el placer de tenerla en mi ciudad: La Seo.
El viento arreciaba y la tarde nos perseguía, queríamos tomar las mejores fotos del atardecer en el Puente de Piedra así que nos fuimos directos hacia allí.
Distintas imágenes y detalles de la Catedral de San Salvador |
Uno de mis rinones preferidos, detrás de la catedral es la Casa y Arco del Dean, cuyo origen medieval aun se deja notar a pesar de los años transcurridos.
El tiempo se ha detenido en algunas calles del Casco Histórico |
Si algo tenemos que agradecerle esa tarde al Cierzo fue que nos regalara cielos de un azul intenso y una preciosa luz para nuestras fotografías.
Ese día el Ebro había subido y había cubierto totalmente un mirador donde teníamos pensado terminar el photowalk así que, en una muestra rápida de reflejos, alguien sugirió ir a la zona peatonal del histórico barrio del Arrabal. Zona que yo casi desconocía y que me ha mostrado un lugar nuevo para mi con mucha historia y mucho por descubrir. Un paseo por estas calles es un paseo por la historia de Los Sitios de Zaragoza.
Mi amiga Pilar, gran fotógrafa me sugirió esta curiosa foto. El resultado es sorprendente |
Nuestro paseo se terminaba, sólo nos restaba volver al río y tomar las últimas instantaneas de ese día, el Puente de Piedra y nuestro omnipresente Pilar.
Estos son otros temas que hemos tratado sobre Zaragoza:
Notas de Viaje: Zaragoza
Monasterio de Piedra
Procesión del Santo Entierro en Zaragoza
Zaragoza oscura y legendaria
Museo del Fuego y de los Bomberos
Museo del Fuego y de los Bomberos (Zaragoza)
Una visita al Monasterio de Piedra (Zaragoza)
"No es el martillo el que deja perfectos los guijarros, sino el agua con su danza y su canción." Tagore
Una noche en el Cementerio
Que los lugares misteriosos y tenebrosos nos atraen no es un secreto, así que cuando nos enteramos de que GozARTE realizaba visitas al cementerio de Zaragoza, no lo dudamos ni por un instante y allí nos presentamos.
La cita: al atardecer, en la entrada de la parte más antigua del cementerio de la capital aragonesa.
Allí nos esperaban algunos de los compañeros de viaje de la Expedición Libreta Viajera y el blog amigo Siuler viajes y fotos.
Allí nos esperaban algunos de los compañeros de viaje de la Expedición Libreta Viajera y el blog amigo Siuler viajes y fotos.
Equipados con nuestras cámaras y unos farolillos para iluminar nuestros pasos, nos adentramos en el camposanto y lo vimos de una manera nueva, alejada de lo tenebroso, de lo siniestro. Dejamos a un lado el dolor que nos suele acompañar siempre que visitamos este lugar y se nos abrió como un espacio literario, con muchísimos secretos ocultos y arte funerario con detalles bucólicos que son pequeñas joyas apartadas de la vida cotidiana. Adormideras, buhos, la letra omega.... símbolos siempre presentes pero que pasan desapercibidos a nuestros ojos si alguien más experto no te los muestra.
Y es que, que los cementerios son lugares que intentamos evitar es una realidad. Que cuando nos acercamos a ellos, el dolor suele ser devastador y no nos paramos a observar lo que allí se recoge, lo que se nos quiere mostrar.
Mausoleos y panteones colosales, esculturas de belleza sosegada o de fuerza brutal. Los relatos de Carlos Millán nos contagiaban de emoción y de risa a partes iguales. Así transcurrió nuestra tarde en el cementerio.
Una tumba maravillosa, una jota de José Oto de fondo, cantada a su amor perdido, no hizo falta recurrir a historias de terror para que notara como mi vello se erizaba.
Las historias y las leyendas se iban alternando en esta noche diferente. Crónicas de nuestra ciudad, sucesos, efemérides... nuestros ciudadanos más ilustres y otros no tanto se nos fueron presentando a todos los que allí nos habíamos congregado.
La oscuridad se fue cerniendo sobre nosotros, las farolas, esa noche, no iluminaban nuestro camino así que los pequeños farolillos apenas alumbraban nuestros pasos.
Unos versos de Quevedo y de Manrique o unos retazos del Tenorio pusieron punto final a nuestra visita a los pies de una tumba, mientras los ojos de un ángel silencioso nos observaban vacios, sin vida.
Pero no os dejeis llevar por el temor, no penséis que esta visita os va a dar miedo, que vais a estremeceros a cada paso, no. El estilo distendido de Carlos, aragonés hasta el tuétano, os hará reir y os hará sentir emoción. Poesía, coplas, historia, leyendas. ... todo contado de un modo magistral y divertido, por una persona que según sus propias palabras siente fascinación por el lugar. Y esa fascinación nos la transmitió a todos los que allí nos reunimos esa tarde de otoño, acercando el lugar a todo el mundo. Haciéndonos pasar una tarde genial en el cementerio.
Otras historias de Misterio:
Perú: el país del misterio
De cementerios, necrópolis y panteones
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Un #ReservingTrip en Ainsa
Estábamos en el corazón de África, en Tanzania, cuando un día, el primero en que conseguimos conectarnos a internet tras muchos días incomunicados, nos encontramos una "misteriosa" invitación en nuestro buzón de correo, por parte de centraldereservas.com, para pasar un divertido fin de semana en Ainsa, no nos lo pensamos dos veces.
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