Hace algunas semanas, varios compañeros y
amigos se fueron a conocer la bella capital del Danubio y mientras les
ayudábamos con los preparativos del viaje, comenzamos a rememorar nuestra
escapada de cuatro días varios años atrás.
Cuando yo visité por primera vez Budapest,
tenía 11 años, todavía el telón de acero dividía Europa y los contrastes que vi
entonces han desaparecido, las cicatrices de guerra se han suavizado y el
rastro del comunismo ha ido perdiendo fuerza hasta desaparecer. A los ojos de
una niña pequeña que llegó a Hungría con el embrión de espíritu viajero
gestándose, Budapest se abrió como un lugar gris, sometido a la gloria del
socialismo, pero a la vez misterioso y melancólico, y en el fondo pude atisbar
los vestigios de su grandiosidad perdida. Muy distinto a lo que encontré ya de
adulta. Ahora Budapest brilla con el esplendor de la época imperial.
Recorrimos Hungría y pudimos conocer la cultura magyar de cerca |
Hoy la ciudad ofrece infinidad de actividades
para que el viajero regrese al pasado magyar o al del imperio de los Habsburgo,
para que pueda tomar unos baños el alguno de sus numerosos balnearios o tal vez
asistir a un concierto, ya que en música, Hungría cuenta con grandes
compositores como Liszt o Bartok. Y es que, incluso durante el régimen
comunista, la creación musical se mantuvo a la altura. Además, durante este
periodo se sistematizó la enseñanza musical, armónica e instrumental lo que
hace que los húngaros tengan una sensibilidad especial por este arte.
Pero, ¿qué nos ofrece Budapest? ¿qué tiene
que nos atrae, que nos maravilla, que nos deja imágenes grabadas, en mi caso por
años?
Sin duda su estrella, la joya de la corona es
el Parlamento Húngaro y hay que recorrerlo, explorarlo por dentro. Y no nos
equivocaremos si su imagen nos evoca al Parlamento de Londres, ya que el
arquitecto del edificio que se refleja en el Danubio, reconoció en todo momento
que se inspiró en el gothic revival desarrollado en Inglaterra.
Los accesos para turistas se encuentran en la
puerta central situada en la plaza Kossuth.
La visita guiada, comienza en la gran
Escalera de Honor que nos lleva hasta el salón de la Cúpula con una estructura
de estrella apoyada en 16 esquinas, las mismas que gobernantes, situados en
cada una de ellas. En el centro del salón se expone la corona real y otros
símbolos de la monarquía.
Cúpula |
La Ópera Nacional es otra de las visitas
ineludibles. Se levanta en el número 22 de Andrássy Utca, seguramente la
avenida más elegante, señorial y distinguida de Budapest.
El edificio
es de estilo neorrenacentista
italiano, inspirado, esta vez, en la Ópera de Viena. Su interior es opulento,
prodigioso, mientras que su exterior sigue unas líneas neoclásicas decorado con
estatuas.
La Ópera de Budapest, uno de los más importantes auditorios de Europa |
Si os apetece escuchar algo de música, no es tan caro como en un principio, podríamos pensar. Mi amiga Ana, que ha estado recientemente, acudió a un concierto de la filarmónica de Budapest por 600 HUF.
Pero si en ese momento no podéis conseguir
entradas o no os gusta el programa, nosotros fuimos a un concierto en la Zeneakadémia o Academia
de Música de Frank Liszt. En nuestro caso la entrada oscilaba entre 2.500 y
4.000 HUF. Os aseguro que mereció la pena y salimos emocionados por la
maravillosa interpretación y el entorno: estar en Budapest y en Sala de
conciertos con el órgano más grande del país…
Zeneakadémia |
El imponente órgano, el más grande del país |
Budapest nos ofrece paseos grandiosos. Como
ya comentábamos, por la Andrássy Utca que nos llevará en un recorrido de apenas
3 km hasta la Plaza de los Héroes y Varosliget donde podremos degustar los famosos Kolbasz, que son salchichas húngaras.
Un Kolbasz en Varosliget |
Pasear por las Plazas de Vigado y Vorosmarty, ésta última esconde bajo tierra la estación de metro de otra época, donde los pequeños metros amarillos resultan evocadores.
Cruzar el Danubio por sus puentes
majestuosos: el de las Cadenas, el de la Libertad o el de Isabel que nos
trasladará hasta el barrio del Tabam, en Buda.
Széchenyi Iánchid o Puente de las Cadenas |
Recorriendo el Castillo llegaremos hasta el
Bastión de los Pescadores, un conjunto de torres y pasadizos que conforman el
mejor mirador desde donde contemplar fabulosas panorámicas del Danubio con Pest
como telón de fondo y el Parlamento como protagonista.
Bastión de los Pescadores de estilo neorrománico |
Pero, tanto turismo, puede acabar por agotar,
así que la capital magyar nos regala una opción ideal para relajarnos. Podemos
tomar unos baños en los numerosos balnearios que la ciudad posee, y que
desempeñan un importante papel en la vida social de la ciudad.
El más famoso y lujoso es el Gellért unido al
hotel del mismo nombre, con su archiconocida piscina central, neoclásica, que
es el lugar más bello del balneario. Sus aguas medicinales, fueron descubiertas
en el s. XIII, ahora hay infinidad de baños termales a diferentes temperaturas.
La piscina central es una auténtica delicia para los sentidos. |
Cerca de aquí se esconde un lugar extraño: la
Iglesia Rupestre. Un lugar sorprendente excavado en la ladera de la colina
Gellert. El lugar fue tapiado y olvidado hasta 1989, pero ahora nos revela su
pasado.
Sorprendente la Iglesia Rupestre en las entrañas de la colina Gellért |
Otra opción son los baños Széchenyi (entradas
entre 3400 y 3950 HUF) en el parque Varosliget, tal vez menos visitados por los
turistas, y por ello, acaso, más relajantes.
El río también nos puede ofrecer maneras para
pasar el tiempo. Podemos visitar la Isla Margarita. Un lugar perfecto para
dejar pasar una tarde tranquila alejados del bullicio. Es difícil imaginar que
en medio de la ciudad podríamos encontrar un lugar natural, relajante y
armónico. La isla posee ruinas de conventos, capillas o monasterios.
Ruinas de la Iglesia Franciscana en el centro de la isla |
O podemos hacer un crucero por el río, de día
o de noche, donde los monumentos de sus orillas nos acompañaran durante todo el
recorrido, mientras conseguimos otra visión de los puentes que lo atraviesan.
Para finalizar este pequeño recorrido, no
podemos dejar de mencionar la gastronomía húngara, consistente y bien
condimentada nos ayudará a reponer fuerzas en cualquier momento.
Las sopas del Kulacs son legendarias, ubicado
en el centro de Pest en Osvát Utca 11.
El Hanna lo recomiendan en todas las guías,
pero es muy turístico. Justo enfrente, en Kazinczy Utca hay otro restaurante,
con un patio moderno, comida casera y música, así que es una opción a tener en
cuenta si lo encontráis.
Y para tomar algo dulce, pudimos probar el
famoso café del Café Mozart en Erzsébet Körút 36. Con decoración que nos
recuerda a Salzburgo ofrece además tartas como la Dobos tortas, difícil de
resistirse a ella.
Y para terminar, como siempre en nuestros
viajes, una visita al mercado, donde ver, oler y tal vez probar los productos
locales. Como uno de los productos estrella, la Paprika o pimentón húngaro, que sazona los incontables platos del
país.
El Mercado Central es un lugar muy visitado,
en su parte de arriba se pueden comprar socorridos suvenires y degustar a buen
precio alguna especialidad de la cocina húngara.
Budapest nos ofrece mucho, es una ciudad
rebosante de cultura, historia, diversión y gastronomía, nos dejará exhaustos
pero satisfechos ya que supera todas las expectativas de un viajero apasionado.
- Página de la Oficina de Turismo de Budapes: www.budapestinfo.hu
Tips de Viaje
- Para adentrarse de lleno en la cultura magyar podemos buscar vuelos baratos que nos lleven hasta allí directamente o combinar la visita con otra ciudad europea y volar con Easyjet por ejemplo, a varias capitales o destinos.- Página de la Oficina de Turismo de Budapes: www.budapestinfo.hu
Se pueden contratar las visitas al Parlamento, a la Ópera, Cruceros por el Danubio o la Budapest Card.
- Un hotel que nos aconsejan: Hotel Star Inn que está bien ubicado y está bien de precio.
- Un hotel que nos aconsejan: Hotel Star Inn que está bien ubicado y está bien de precio.