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Un Safari por Kenia



RUTA:
- Día 1: Nairobi- Amboseli
- Día 2: Amboseli
- Día 3: Amboseli - Poblado Masai - Aberdares
- Día 4: Parque y Lago Nakuru
- Días 5 y 6: Masai Mara
- Días 8 y 9: Nairobi y fin del viaje

Kenia era un viaje soñado por nosotros desde pequeños. Ver las manadas de animales que veíamos en los documentales parecía algo mágico y lejano, hasta que al fin, un día pudimos cumplir ese sueño. Y fue un viaje tan increíble que seguimos soñando con volver a África y sentir de nuevo esas sensaciones que ningún otro viaje que hayamos hecho nos ha hecho experimentar.

Un consejo que nos dieron y que creo que fue muy acertado es no exprimir el viaje hasta la saciedad, no intentar coleccionar parques y más parques con ansiedad ya que puedes acabar saturado y un viaje así, te debe dejar con ganas de regresar y no terminar indiferente ante las manadas de elefantes, búfalos, cebras... no ver a un grupo de leones, hacerles una foto y seguir hasta la siguiente parada con indiferencia.

Nosotros conseguimos emocionarnos desde el día 1 hasta el 9 con cada estampa que se nos presentaba y a lo mejor haber prolongado el viaje habría sido un error. Tenemos ganas de volver a África y seguro que lo haremos pronto.

A lo mejor lo haremos en otras condiciones por vivir otra experiencia, pero seguro que no cambiaríamos nada de nuestro Safari, un guía preocupado por nuestro bienestar y nuestro disfrute, una compañía inmejorable y unos hoteles que ni en sueños pensamos que podían existir.

El parque que más nos gustó, tal vez por ser el primero, fue AMBOSELLI, por su estampa con el Kilimanjaro al fondo, por su abundancia de manadas de cebras, elefantes, leones, búfalos... una inmensa sabana, que lamentablemente está sufriendo graves daños a causa de la erosión.
Un alojamiento privilegiado Ol Tukai Lodge, con una cabaña mirando hacia los pastos donde se alimentan cebras, elefantes, ñús y algún hipopótamo despistado. Una fina valla te separa de estos animales salvajes, o no, ya que los monos abundan en el recinto y se acercan a las cabañas, y es una forma única de verlos en su estado natural. Pensamos que fue una bonita toma de contacto con toda la exuberancia de Kenia.
En nuestro primer contacto con el mundo salvaje vemos muchísimos animales y una madre guepardo ha cazado y vamos a ver como sus cachorros se alimentan ante la atenta mirada de su progenitora.
Por la mañana amanece en Amboselli, los animales comienzan su día y  puedes ver algo de acción, de caza, un intento de robo por parte de una hiena o el dormitar tranquilo de los leones esperando la noche con la panza llena si han tenido suerte durante la oscuridad. Comenzamos la mañana con dos leonas paseando tranquilamente por delante de nuestro vehículo con los ñus en fila mirándolas fijamente.
En este parque pasamos 2 días enteros y terminó siendo nuestro favorito.


Cuando partimos hacia los Montes Aberdares nuestro guía nos llevó a un aislado poblado Masai, después de una negociación con el hijo del jefe pudimos pasar, previo pago, a visitar sus cabañas, bailar y rezar con ellos y contemplar un poco sus tareas diarias.

Seguimos nuestro camino hacia el PARQUE NACIONAL DE LOS ABERDARES, pero pillamos mucho atasco en Nairobi y llegamos tarde a nuestro punto de encuentro, donde un autobús te recoge y te suben hasta tu hotel.
Aquí vamos a dormir en Ark una versión moderna del Treetops pero con menos historia y encanto. Se trata de un hotel con estrechas cabinas cuya principal atracción son las cristaleras y terrazas para poder ver los animales cómodamente desde sus instalaciones, vimos al amanecer una pelea de búfalos, el sonido de sus cuernos chocando era sobrecogedor, cuando la selva todavía estaba despertando.
Por la noche te avisan con campanas si se acerca algún animal, con un código puedes saber de qué animal se trata y decides si te levantas o no.
Es un parque de selva tropical exhuberante, El Saliente, y conseguimos ver bastantes animales, pero nos gusta más la forma habitual, salir a explorar y a rastrear en la pequeña furgoneta con el techo levantado.
El parque acoge elefantes y búfalos, sobre todo, pero también vimos alguna mangosta, ginetas, jabalies, jirafas y un gran puerco espín. Esta zona es más fresca que el resto, conviene subir con ropa de abrigo.



Desde aquí nos vamos hacia el PARQUE NACIONAL DEL LAGO NAKURU, pasando por la línea del Ecuador y las cascadas Thomson, unas de las más impresionantes de Kenia.
Pero sin duda, la estrella del día es el mar rosa de flamencos que se puede divisar a lo lejos. Y antes de llegar al lago tenemos la tremenda suerte de avistar un fabuloso ejemplar de rinoceronte negro, muy difícil de ver y también se nos cruza algún rino blanco. La fortuna nos acompaña...
La visión de los flamencos en el lago es sin duda algo magnífico, miles de estas bellas aves andando de un lado para otro, volando y aterrizando en el agua, alimentándose... no hay palabras para explicar lo que sentimos allí.
Por la tarde nos cae un gran aguacero, poco antes de salir de safari y desde el jardín vemos cómo los animales, monos y gacelas sobre todo, soportan estoicamente la fuerte lluvia en medio de la llanura. Después de cambiarnos de ropa y ya en ruta vemos muchos animales y lo que más nos gusta de ese día es ver una manada de búfalos persiguiendo a dos jóvenes leones que habían osado amenazarlos.
Y la aventura más fuerte: pinchamos una rueda y en mitad de la sabana, cuando tan solo hacía unos minutos que habíamos visto unos leones y a unas decenas de metros de un enorme búfalo, nos dicen que nos bajemos de la furgo que había que arreglarla. A mi me temblaban las piernas y miraba hacia todos los lados por si acaso, aunque poco podría haber hecho en caso de emergencia más que subirme a lo alto del coche.


Al día siguiente, dejando ya el parque vemos una manada de leones que ha cazado y un pequeño chacal rondando para intentar robar algo de comida.
Nuestra ruta terminará en la RESERVA NACIONAL DE MASAI MARA, una de las más famosas a nivel mundial, es una extensión de las llanuras del Serengeti. Una de las mayores atracciones de esta reserva es la migración anual que los ñúes realizan entre julio y agosto hasta el norte del Serengeti regresando en octubre.
Nuestro alojamiento es el Keekorok Lodge con una charca de hipopótamos en sus ya de por si buenas instalaciones.
Las manadas de los animales son enormes aquí en Masai Mara. Miles y miles de todos ellos allí hasta donde abarca la vista. A destacar de nuestra estancia en la reserva son el intento de caza de un guepardo, como se lanza a correr alcanzando una velocidad extrema, el apareamiento de una pareja de leones, que pudimos ver en varias ocasiones en la media hora que estuvimos observándolos y el cortejo del avestruz.
Todo es salvaje y real en Kenia.
Un león se acercó mucho a nuestro vehículo y dió un tremendo rugido, acabamos los 4 tirados en el suelo muertos de miedo y nuestro guía y el conductor partiéndose de risa.




Después de dos grandes días en la Reserva de Masai Mara termina nuestro Safari por los parques y reservas de Kenia. Nuestro camino nos llevará a Nairobi al hotel Myfair que está bastante bien, en la zona de Westlands de predominio indio, con mucho comercio, oficinas y restaurantes.
Después de comer en un restaurante indio cerca del hotel, cogemos dos taxis con varios españoles con los que coincidimos en el hotel y vamos hasta el mercado masai que se celebra los martes.
Es una aglomeración de personas que no te dejan caminar, además somos los únicos extranjeros y allí en medio no lo podemos disimular. Pero empieza un chaparrón y tenemos que marcharnos de allí.
Esta noche tenemos cena en el Carnivore donde probamos carnes de todo tipo, incluida de cocodrilo. Todos esperábamos algo más pues este restaurante ha sido votado como uno de los mejores del mundo el alguna ocasión, pero para mi no deja de ser un lugar donde llevar a los turistas y poco más.

El último día en la capital, y en el país, contratamos un taxi para que nos lleve a varios puntos de interés: la casa de Karen Blixen y el centro de jirafas
La casa de Karen Blixen es la granja donde vivió la autora de Memorias de África. Está ubicada en unos jardines muy bonitos pero a la hora de entrar nos pidieron mucho más de lo que pensábamos así que nos hicimos unas fotos por el exterior y nos marchamos al Centro de Jirafas de Langata.
Que bien lo pasamos en esta visita. Es un centro dirigido por la Fundación Africana para la Fauna amenazada y es un orfanato de jirafas a las que puedes alimentar, dándoles de comer en la boca, tocar e incluso nosotras les dimos besos. También tienen jabalies verrugosos y torgugas.



Tristes, porque nuestro tiempo en este increible país se termina volvemos a Westlands, damos una vuelta por la zona comercial y comemos en una hamburguesería local que viendo las condiciones de su cocina a más de uno echaría para atrás. Se nos acerca un chico trajeado por si nos puede ayudar, pues llamamos claramente la atención, pero no tenemos ya tiempo para más visitas.
Por la tarde nos recogen del hotel y termina nuestro SAFARI por KENIA.
HAKUNA MATATA KENIA!!!


 
Otras Notas sobre África:

Visita a un poblado Masai (Kenia)

Durante nuestro safari por Kenia le pedimos a nuestro guía que nos llevara a algún poblado Masai donde pudieramos ver cómo viven y algo de sus costumbres. Nos llevó a una aldea en medio de Amboselli y después de negociar con el hijo del jefe nos dejaron entrar por un "módico" precio.
Nos recibió toda la tribu con cánticos y después todos juntos y agachados rezamos a sus dioses.
Luego entramos y vimos que el poblado está formado por varias cabañas en círculo, fabricadas con excrementos de vaca fundamentalmente, y que estaba rodeado por un cercado con pinchos para protegerse de los animales que habitan en la zona.
Los hombres vestían con la típica manta masai de cuadros rojos o shuka y todas las mujeres llevaban el pelo rapado, se supone que para no parecer bellas al resto de los hombres. El calzado son una especie de chanclas negras hechas de caucho.
Sus orejas son largas a base de perforaciones e introducir palos cada vez más gruesos y ellas van ataviadas con enormes collares y pulseras de cuentas de colores.
Estuvieron danzando y saltando y nos invitaron a hacerlo con ellos.



Nos llevaron a ver alguna de sus casas y nos enseñaron como hacer fuego con un palo. El interior de las casas era oscuro y no podías ver nada, tenían un camastro y un pequeño hogar dónde hacían fuego y efectivamente olía a humo en el interior.
También pudimos ver las cabritas que cuidaban, algunas de tan solo un par de días de vida.
Les compramos algún recuerdo artesanal para llevarnos y cuyos ingresos, según nos contó el hijo del jefe utilizan para que los niños puedan ir al colegio.

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